Como en cualquier tarjeta de crédito, se pueden realizar pagos, independientemente de que se tenga dinero en la cuenta asociada, ya que las compras que se realizan no se cargan en la cuenta inmediatamente, sino que se aplazan para pagarlas posteriormente.
Las tarjetas de crédito permiten agrupar todas las compras del periodo y pagarlas íntegramente en la fecha de cargo elegida, sin intereses, o aplazar el pago a plazos (revolving), con intereses. También hacen posible la retirada de efectivo a crédito en cajeros automáticos, la cual siempre incluye intereses.
A la hora de devolver el crédito concedido en una tarjeta revolving el usuario tiene dos opciones:
- Pagar un porcentaje: el cliente escoge qué porcentaje del saldo pendiente quiere devolver cada mes, siempre dentro de unos mínimos y máximos que varían en función de la tarjeta y de la entidad bancaria en la que se haya contratado.
- Pago fijo: el cliente paga una cuota fija, también dentro de unos mínimos y máximos que dependen de las condiciones de su tarjeta revolving.
La tarjeta parece ofrecernos beneficios pero realmente para un gran número de usuarios se está convirtiendo en una auténtica pesadilla. Conforme pasan los meses pueden evidenciar que su deuda continúa en el mismo punto. Escuchamos los detalles con M. José Ribes entrevistando a Juan Pablo Palomar de Palomar Abogados: