Hoy viernes nos hemos tomado un Primer Café adrezado con ingredientes de la tradición y la cultura autóctona. Se acerca la “Gran Dansà de la Marina” y nosotros nos hemos adelantado a esta cita cultural que cada verano llena el barrio del Raval de Teulada de música y folklore. Una convocatoria que no solo nos hace bailar, sino que también nos conecta con nuestras raíces y herencia cultural. Con nuestros invitados, Isabel Martí, profesora en el Grup de Danses de la Font Santa, y Adrià Llobell, “ballador” experimentado, hemos podido conocer cómo se prepara esta convocatoria enmarcada en el programa de fiestas en honor als Sants de la Pedra en el barrio del Raval.
La Dansà de la Marina reunirá en Teulada a un centenar de «balladors» y «balladores», toda una experiencia para los que quieran sumarse a este baile y para los que compartan este acto como espectadores. Como suele ser habitual, el lunes 28 de julio, se llevará a cabo el ensayo general abierto a todos los vecinos y vecinas que quieran participar de la Gran Dansà. Y el miércoles, día 30, por la tarde, tras la misa en honor als Sants de la Pedra, Abdón y Senén, se escenificará la Dansà popular del Raval.
La Gran Dansà se viene celebrando en el barrio del Raval desde principios del siglo XX. A finales de la década de los 40 esta tradición perdió interés, y estuvo unos años sin convocarse. Afortunadamente, se recuperó en la década de los 80 para retomarse con cada vez más fuerza e interés.
En esta edición espera aglutinar a agrupaciones de danzas tradicionales de distintos municipios de la Marina Alta, ataviados con indumentarias propias del siglo XVIII, y a vecinos y vecinas que también se suman a este baile de calle. Un evento que aporta un ambiente festivo y se convierte en un punto de encuentro intergeneracional.
Nuestros invitados han compartido su pasión por las danzas tradicionales, su entusiasmo por los efectos positivos que les aporta la práctica del baile, el compartir esta afición con otras personas y el poder mantener una tradición tan arraigada llena de sentimientos que trasciende generaciones y sigue viva en cada paso, cada gesto y cada melodía que interpretan. Una práctica que se convierte en un legado cultural que fortalece la identidad y une a la comunidad.
Podéis volver a escuchar la entrevista completa aquí.