La UD Calpe continúa sin encontrar su mejor versión y volvió a sufrir una derrota dolorosa ante su afición al caer por 1-2 frente al Benigànim. Un encuentro en el que los errores habituales volvieron a aparecer y en el que el conjunto dirigido por Toni González mostró nuevamente síntomas de ansiedad y falta de confianza.
El partido comenzó cuesta arriba para los locales. En el minuto 18, Moscardó adelantó al Benigànim tras aprovechar una acción mal defendida por los calpinos. El tanto dejó tocado al Calpe, que durante muchos minutos mostró nerviosismo e imprecisiones, aunque sin perder el orden ni la intención de buscar el empate.
Justo antes del descanso, en el minuto 45, llegó el premio al esfuerzo. Luis García firmó el gol del 1-1, un tanto psicológico que devolvió la esperanza al público y al equipo en un momento clave del encuentro.
Sin embargo, en la segunda mitad el Calpe volvió a mostrar su principal problema: quiere pero no puede. Pese a intentarlo, el equipo no encontró la fórmula para superar el sólido sistema defensivo del Benigànim. Y al cuarto de hora del reinicio, llegó el golpe más duro: Kevin marcó el 1-2, un tanto que impactó directamente en la ya frágil moral de los locales.
La UD Calpe, hundido anímicamente y muy precipitado en sus acciones, fue incapaz de reaccionar. La falta de confianza y la presión por verse en puestos de descenso se notaron en cada decisión, generando más ansiedad y errores en un equipo que ve cómo la suerte tampoco le acompaña.