La UD Calpe firmó un encuentro lleno de esfuerzo y personalidad ante el Mutxamel (0-0), en un partido que había comenzado con dominio claro de los locales, pero que terminó complicándose en la segunda mitad. A pesar de ser superior en varios tramos del encuentro, el equipo volvió a encontrarse con su principal barrera esta temporada: la falta de acierto en el remate.
Durante la primera mitad, los calpinos llevaron la iniciativa, generando ocasiones y controlando el ritmo del juego, mostrando seguridad y criterio en sus acciones ofensivas. Sin embargo, la falta de acierto en los metros finales impidió que el buen fútbol local se tradujera en ventaja en el marcador.
El partido dio un giro inesperado tras el descanso cuando Kiko fue expulsado por doble amarilla, dejando al equipo con uno menos durante todo el último tramo. A partir de entonces, el rival aumentó su presión y buscó con insistencia el gol, pero se encontró con un inmenso Andrada, que firmó varias intervenciones decisivas y se convirtió en el héroe de la tarde.
A pesar de la inferioridad numérica, la UD Calpe no renunció al ataque y aún dispuso de ocasiones claras para llevarse el partido, pero nuevamente la puntería les jugó una mala pasada.
