El Poble Nou de Benitatxell ha lanzado una original iniciativa que busca acercar la lengua valenciana a los turistas que visitan la localidad durante la temporada estival. Bajo el lema “De vacances, parla en valencià”, el área de Turismo ha puesto a disposición de los visitantes un manual turístico en el que se recopilan vocabulario, expresiones comunes y costumbres locales, con sus correspondientes traducciones al castellano e inglés. Además, el material incluye una guía fonética para facilitar la pronunciación.
El manual se organiza en cinco bloques temáticos, abarcando desde frases básicas como «bon dia», «gràcies» o «adeu», hasta expresiones relacionadas con el comercio, la gastronomía y la estancia. Ejemplos como «quant val?», «una cervesa, per favor» o «figatell» se incluyen para enriquecer la experiencia local de los turistas, quienes también aprenderán cómo preguntar sobre servicios como el check-in en los alojamientos.

Fomento del turismo con identidad cultural
Esta iniciativa forma parte del proyecto “Turismo para respirar” y la marca “Respira Mediterrani”, con los que el municipio pretende posicionarse como un destino que promueve la sostenibilidad cultural. La campaña tiene como objetivo no solo atraer a los visitantes a sus playas y paisajes, sino también permitirles descubrir la lengua y la cultura que conforman el día a día de la localidad.
Los manuales turísticos se distribuyen en diversos puntos clave de la localidad, como la cala del Moraig, oficinas de información turística, edificios públicos y establecimientos locales, como comercios y restaurantes, donde se fomenta el uso del valenciano en las interacciones cotidianas.

El valor del respeto mutuo
En relación con la campaña, el concejal de Turismo y Patrimonio, Víctor Bisquert, destacó la importancia de respetar la lengua y las tradiciones del lugar visitado. En sus palabras, “respetar la lengua, las costumbres y la cultura del lugar que se visita es una forma de reconocer su dignidad. El turismo respetuoso ayuda no solo a preservar tradiciones, artes, gastronomía y formas de vida que podrían verse amenazadas por la turistificación, sino que también enriquece la experiencia del visitante, facilita intercambios genuinos y evita malentendidos. Porque con voluntad por las dos partes, el intercambio cultural y el aprendizaje es bidireccional y la convivencia es más armoniosa y enriquecedora.”